El Tsunami de Japón, en la piel de una caraqueña.



Suyin Briceño, compañera de clases y gran amiga, decidió 6 meses después de nuestra graduación en el año 2009 probar suerte en Japón, país por el cual siempre estuvo atraída. Hemos tratado de no perder la comunicación, ya que siempre se siente curiosidad por saber cómo funcionan las cosas en un país con cultura tan opuesta a la nuestra.

El 11 de marzo del 2011, Japón se vio envuelta en la tragedia: aproximadamente a las 14:46 de ese día, hubo un sismo de magnitud 9 en la escala de Richter y tsunami altamente destructivo, que dejó a su paso casi 20.000 muertos, miles de heridos y desaparecidos y que además causó un grave accidente nuclear en Fukushima. Días de angustia se vivieron, no sólo en Japón, sino en Venezuela, por la cantidad de venezolanos en Japón de los cuales no sabíamos nada.

 Suyin, junto a su esposo Christian González, vivieron de cerca el horror de estar en Japón justamente en esos días fatídicos, ya que se radicaron en Sendai, epicentro del Sismo, a unos 57,9 kilómetros del reactor nuclear de Fukushima y ciudad donde aún siguen viviendo. Hoy, a más dos años de la tragedia, decidí entrevistar a Suyin, quien relata de una forma muy honesta y diáfana y desde su acervo como caraqueña, como vivió esos duros momentos.


¿Hace cuánto tiempo estás en Japón? ¿A qué te dedicabas en el momento del Tsunami?

He estado exactamente en Japón 3 años y 5 meses, en el momento del terremoto estaba de vacaciones, ya había terminado mi teacher training y estaba descansando en la zona norte del país cuando sucedió. 

¿Qué pasó ese día?

La historia no comienza ese día, durante esa semana hubo otros acontecimientos: el lunes tembló (6.5 grados), luego el miércoles (7.6 grados) y el del viernes (9 grados) que fue el causante del tsunami duro aproximadamente 5 min, con replicas posteriores de 5 a 9 grados, la casa y el piso se movían incesantemente, era imposible mantenerse de pie, yo describo la sensación de la siguiente manera: era como estar dentro de una caja de cereal que alguien movía rápidamente de lado a lado, Christian(mi esposo) dice que oyó piedras grandes rodando y restregándose las unas contra las otras, honestamente yo no oí eso.

 Como te dije hubo dos grandes temblores que no representan mucho delante del ultimo, y se puede decir que estábamos algo acostumbrados a la situación, pero al ver que era continuo y no podíamos mantenernos de pie decidimos salir corriendo de la casa, Christian se cortó la mano y salimos en pijamas con pasaporte, visa y algo de dinero en mano, en un frío de 2 grados. El cielo se tornó gris plomo y comenzó a nevar pesado y tormentoso, al salir nos dimos cuenta que los japoneses no reaccionaron igual que nosotros, fue algo asombroso, nuestra vecina no salió de la casa, había un señor en el estacionamiento dentro de su carro con el pulgar arriba, dándole ánimos a Christian como que si la situación fuese algo común.

Una vez en la calle hablamos con una japonesa que sabe inglés y dijo que es muy común que cada 3 años hayan terremotos de gran magnitud en la zona de Tohoku. Como te imaginaras habían colas enormes, la luz, el agua y el servicio del gas fueron cortados inmediatamente para evitar accidentes, la gente se dirigió a los refugios y algunos imbéciles descerebrados se burlaban de la gente que vive en grandes edificios por el hecho de pensar en cómo se las arreglaron para bajar las escaleras (como sabrás no todo lo que brilla es oro y sobre todo en este país, pero eso es otro tema del cual podemos hablar con calma en otra oportunidad). Lo que nos salvó de que no nos llevara el tsunami fue que estábamos protegidos por grandes montañas. 




Los momentos posteriores, ¿Cómo fueron?

A la espera de noticias en casa de un venezolano
 A ver... no sé cómo decirte esto y expresar lo sentido en palabras, porque es casi imposible de hacer. Stress, desesperación, cansancio, inestabilidad, tristeza, ira, dolor, ignorancia son sentimientos que nos acompañaron después del terremoto.

Nosotros no tenemos TV aquí porque es algo complicado y realmente la programación es peor que en Venezuela, no habían servicios públicos y los smartphones no funcionaban, así que nada de comunicación y nada de conocimiento acerca de tsunami o muertes, nosotros creíamos que solo fue un simple terremoto con algunos daños tontos en algunas fachadas de los edificios, pero estábamos tan lejos de la realidad.





Cuando finalmente mi celular decidió funcionar nos comunicamos con unos amigos en Nagoya y en ese momento supimos lo del tsunami, nos asustaron y nos dijeron que la zona estaba devastada, sin comunicación, comida ni agua, que teníamos que ver la forma de salir de aquí porque nos íbamos a morir, Chris y yo lloramos mucho porque estábamos lejos de Venezuela y no hallábamos como hablar con nuestras familias, además no teníamos cargas en los celulares, así que la madrugada del sábado encontramos un enchufe en un edificio en el centro de la ciudad y pudimos cargarlos, estuvimos 3 horas en la calle viendo como la gente caminaba por las vending machines para comprar agua y líquidos, durante ese momento nos comunicamos con amigos y familia que nos llamó y nos dieron la “estupenda” noticia del reactor de Fukushima.
Conectados a Skype, tratando de hablar
con sus familiares en Venezuela

Eso fue la gota que derramo el vaso, como nevó, había posibilidad de lluvia y por supuesto que tenía que ser a lo grande, no podía ser algo normal NOOOOOOOOOOO, si llovía era lluvia ácida y si algo cayó del cielo, algunas gotas pero no lo esperado, gracias a Dios.

El domingo pudimos reunirnos en casa de otro venezolano, unos 9 latinos, 1 italiana, 1 búlgaro y 1 gringa, allí cocinamos porque había gas y vimos noticias desde el extranjero, casi nos da un ataque, supimos lo sucedido no sabíamos que hacer, contactamos con las embajadas de nuestros respectivos países para ver como solucionábamos.


Te preguntaras si no hubo bromas y risas, y mi respuesta es SI, eso ayudo a pasar el trago amargo de la situación y nos presentó posibilidades de escape, pensamos de todo desde caminar y bicicletas hasta pedir colas hasta Tokyo, pero al final la solución vino de mano de un ecuatoriano que tuvo la brillante idea de irnos en taxi hasta Tokyo y así fue como salimos de la zona del desastre.
Para culminar ya sabes lo del avión, la infinita espera, la llegada a Venezuela y el recibimiento por parte de Nicolás Maduro, por supuesto que hay más anécdotas como para escribir por horas, pero te vas a aburrir de tanto leer y considero que es mejor hablarlas y descocerlas con un buen café en la mano.

Últimas Noticias, 13 de marzo de 2011


¿Cómo se comportó el ciudadano común ante esta situación?

Como que si no fuesen y nunca hubiesen sido humanos, es algo que aún me desprende la barbilla y me hace filosofar acerca de nuestra condición de seres mortales con necesidades y temores.
No hubo saqueo, robos, matanzas, violaciones o cosas relacionadas con desastres, ellos fueron civiles y se comportaron a la altura de la situación, te voy a resumir y expresar la pregunta en dos grandes ejemplos:

Para comprar comida tuvimos que hacer colas kilométricas en las afueras del supermercado:

a. El súper llamado Don Quijote tenia los productos no perecederos en el estacionamiento del local y había una cola tipo mercal, al llegar a los productos tenías que llevarte poco, no podías agarrar mucho porque había gente detrás de ti y todos tenían que comprar, nosotros llegamos de penúltimos y justo después de la última persona de la fila llego un señor muy mayor para hacer sus compras, pero el empleado del local le dijo no señor venga mañana que por hoy estamos listos, impresionantemente el señor se dio la vuelta y se fue dando las gracias diciendo nos vemos mañana. (Algo importante y que no debe pasar por alto es el hecho de que los japoneses al contrario del venezolano compra a diario productos frescos y no tienen mucha comida almacenada en casa).

b. El súper COOP no pedía dinero para comprar, te daban un papel en blanco en el cual anotabas las compras y el precio, con tus datos de identificación (nombre, dirección y número de teléfono) hacías tu compra y entregabas el papel en la caja y luego de 3 o 4 meses podías pagar tu deuda (nosotros pagamos la nuestra al regresar de Venezuela).

¿Hubo algún plan de contingencia?

Ir a los centros de acopio los cuales son colegios o escuelas primarias donde se les proporciona agua, arroz y cobijo a las personas afectadas, no es recomendable quedarse en las casas hasta que no se haga el debido chequeo de la vivienda.

No hay plan de evacuación a menos que sea algo terriblemente grave y en Fukushima se aplicó un plan de desalojo para todos los que vivían alrededor de la zona de la planta nuclear y en el caso del tsunami tristemente la gente murió y nadie quiso volver a vivir en esos lugares.
Te puedo decir que Chris hizo voluntariado en una de las zonas del tsunami y el corazón se le arrugo de tristeza por todas las cosas que vio.



¿Cuál fue la respuesta de los entes gubernamentales ante la emergencia?

Los entes gubernamentales son una MIERDA sea donde sea (perdón que baje al vulgo, pero digo la verdad) la preocupación principal era que el alto gobierno, el emperador y la asamblea que están en Tokyo estuvieran bien, los demás bien podían morir, porque no son tan importantes como los altos políticos escogidos por Dios en este país.

¿En cuánto tiempo se solventó la emergencia?

Todavía no se ha solventado, pero las cosas han ido sobre ruedas (lentas) desde el mismo momento en que paro de temblar.








Haciendo la comparación entre Japón y Venezuela, ¿Cómo se trabaja el tema de atención y prevención ante desastres naturales?

En Japón están completamente preparados para contingencias naturales, porque su país así lo exige, aquí nunca se sabe cuándo podrá ser la próxima catástrofe, por lo tanto siempre tienen sus bolsos preparados, todos los edificios construidos después de los 80s son antisismos, las familias saben a dónde dirigirse si algo sucede, todos tienen un plan para encontrarse en caso de que algo grave pase, nada está a la buena de Dios.

Basándote en lo que pudiste ver: ¿Cuál sería la recomendación para los caraqueños, no solo para responder adecuadamente a situaciones como esta, sino para prepararse con anticipación ante tales amenazas?

jajajajajajajajajaja que graciosa, cambien al gobierno.

Ahora sí en serio, educación que sensibilice a la población y les enseñe cómo reaccionar adecuadamente ante cualquier eventualidad, proponer la creación de centros (verdaderos) de acopio donde de verdad se ayude al ciudadano.

Y algo muy importante es la urbanización de las zonas habitables, los edificios deben ser antisismos porque de verdad si funcionan.

De esta forma termina este sentido testimonio, por supuesto con ganas de conocer más detalles y "anécdotas" de un suceso tan aterrador. Muchas lecciones que aprender, muchos buenos ejemplos a seguir, muchas malas experiencias del accionar humano que no deberían repetirse. En el fondo y más allá de las diferencias educativas y sociales entre japoneses y venezolanos, lo que nos hace grandes y victoriosos ante un desastre natural es nuestra actitud hacia el prójimo y hacia nosotros mismos, estemos donde estemos. Que no se nos olvide.


Comentarios

  1. que entrevista tan interesante, y que entrevistada tan caraqueña jejejeje.

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    1. jajajajajajajajaj! Sí, la niña es autóctona del Valle de CCS! Expresa su arr... como es! XD

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  2. jajajajaja XD Caraqueña rules! Expresandose desde lo más profundo de su ser como debe ser!

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