Capítulo II: Papillon empresario, fundador de un emblema caraqueño

“Cosa extraordinaria, los venezolanos son tan encantadores, tan cautivadores, que tomo la decisión de confiar en ellos. No me fugaré. Como prisionero acepto esta situación anormal, en espera de formar parte, algún día, de su pueblo.”

Papillón en el Grand Café

      Tanta confianza tuvo Papi en este país, que decidió emprender otra gran aventura: ser empresario. El intenso y poco convencional Charrière inauguró un café en Caracas. Pero no hablo de cualquier taguarita de mala muerte. Estoy hablando de un sitio emblemático, donde en sus inicios y hasta hace pocos años, era como tener un pedazo de Francia en nuestra ciudad, donde se reunía la crema y nata de la Caracas de los 50. Se trata, nada más y nada menos que de “El Gran Café”, ubicado aún en el Boulevard de Sabana Grande. 

Gran Café, año 1968

       En un reportaje encontrado en la página web magazinedelpan.com, nos dice lo siguiente acerca de sus orígenes:

"Corría el final de la década de los 50 y Henry Charriére -conocido históricamente como 'Papillón, el preso de Cayena'- fundó junto a unos socios italianos, lo que en esa época se conocía como el Grand Café. La terminación en "d", responde a los orígenes franceses de su fundador, quien fue uno de los pioneros en el país en abrir un local que tuviera el área de terraza dispuesta para que los visitantes respiraran el aire libre y puro de esos años, mientras degustaban la especialidad de la casa: el café".

 http://www.magazinedelpan.com/detalle.asp?Seccion=Reportajes&id=50

Gran Café, año 2000

Antes de convertirse en el Gran Café, allí había una quinta de nombre  "Cristal", que vendía café y desayunos. Papi quería traer un poco de su Francia natal a nuestras tierras, y decidió darle vida a un local que se convertiría en ícono de esta ciudad, con un diseño que rompió los esquemas de locales tradicionales y que le dio personalidad a eso de “tomar café”. Donde otrora fue sitio de reunión de intelectuales, artistas y bohemios caraqueños, personalidades de la política, como el derrocado presidente argentino Juan Domingo Perón, y algún intenso de la época que quisiera degustar un buen café al aire libre.

Gran Café, Fachada actual



A partir del año 1968, fue adquirido por Adelino Da Silva, y pasó a ser el Gran Café, sin la d al final como se le conoce actualmente. Sobrevivió a un incendio en el 69, sobrevivió a los buhoneros y actualmente se recupera de una “cirugía plástica” forzado por la remodelación del Boulevard de Sabana Grande, que nada tuvo que ver con la cara original que le dio Papi cuando lo inauguró.

Tal como dice la reseña del site caracas.travel:

“La República del Este tuvo aquí su espacio vital, cuando la zona era amable, sana, inspiradora de poetas y contertulios. Ahora queda sólo el recuerdo y este café grande ha mejorado todo lo que podía. Cumplió 45 años y lo redecoraron completamente, agregando toques modernos y nuevas vitrinas, sillas y mesas. Triste que nadie recuerda el pasado”.

 http://caracas.travel/es/cafes-listados-resenas-fotos/13066-el-gran-cafe





Afueras del Gran Café en la actualidad, luego de su transformación



Aun así, y con su frente muy en alto y libre de buhoneros, el Gran Café se sigue alzando como lo que es: como un emblema de esta ciudad, inaugurado por un personaje que también tuvo que sobrevivir y mantenerse firme. Al final, sus historias terminaron pareciéndose.

Aún después de haber escrito sus memorias, vender los derechos para que su historia llegara al cine, inaugurar el Gran Café de Caracas... Papillon sigue haciendo de las suyas. ¿Sabían que Papi aun vota después de muerto?

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