OneChot: Cuando la realidad abofeteó a la censura


Juan David Chacón, conocido en el mundo musical como OneChot, pasa a formar parte de la lamentable estadística, la que más nos duele y nos hace famosos en el exterior como una de las ciudades más peligrosas del mundo. Mientras conducía en horas de la madrugada del martes 28 de febrero por Bello Monte, fue alcanzado por una bala en la frente, presuntamente para robarlo.


Resulta irónico que unos meses antes, el video "Rotten Town", que refleja la lamentable realidad que vivimos día a día en esta ciudad bipolar, fue censurado, acusando a OneChot y a los realizadores del mismo de mostrar imágenes amarillistas de la ciudad. Hoy, no me extraña que muchos se estén tragando sus palabras... Y espero, por el bien nuestro y el de ellos que lo estén haciendo...


Lastimosamente la realidad se impuso ante las ganas de silenciar, siendo OneChot quien irónicamente fuese blanco de la violencia caraqueña contra la que tanto protestó a través de su música.

Hablar del tema de inseguridad en Caracas teniendo tanta rabia en el cuerpo muy poco ayudaría a promover la paz. Lo que sí es cierto es que, como él, muchos venezolanos han teñido con su sangre el suelo caraqueño y es muy poco el avance que hemos hecho como sociedad para detener esta ola de violencia sin sentido. Es una realidad... Una que a muchos le fastidia y quieren tapar como quien quiere tapar una filtración a punta de curitas.

Desde hace muchos años se respira en nuestra ciudad la indolencia, la resignación, el conformismo, la aceptación de una situación anormal que se ha vuelto normal... La impunidad ha permitido que el delincuente sea más osado, porque está seguro que si llega a fugarse jamás lo castigarán. De robar dentro de un Mall a plena luz del día hasta secuestrar al embajador de México: perpetrar crímenes de esta naturaleza solo nos hace pensar en que ya el delincuente sabe que, no solo no será castigado, sino que además como tiene la muerte cerca, se vuelven mercenarios, les da derecho a asesinar a sangre fría y por diversión a cualquiera. No le dan valor a su propia vida, por lo tanto, ¿que podemos esperar los demás?

¿Saben qué es lo peor? Es que aún hay gente que piensa que la delincuencia es un asunto de pobreza extrema... Un momento, ¿Pobreza extrema de qué? Porque hasta donde yo sé, el malandro común no se roba un pedazo de pan porque tiene hambre o una cobija porque muere de frío. No es secreto para nadie que estos personajes manejan grandes sumas de dinero; que un Blackberry, una camioneta, unos zapatos o un reloj no son artículos de primera necesidad; que muchos de ellos lograron por lo menos entrar en el sistema escolar, abandonándolo luego bajo la mirada permisiva de padres (en la mayoría de los casos, madre)  atraídos por la plata fácil y la necesidad de poder. No es el hambre, no es el frío, no es la falta de dinero. La pobreza extrema que estamos viviendo es de valores, de familia, de autoridad, de control, de educación. Se los dice una persona quien orgullosamente creció entre los barrios La Cruz y La Unidad de El Cementerio, que conoció el olor de ciertas drogas a corta edad porque los delincuentes se sentaban en las escaleras de mi casa a fumarse su basura, quienes reían mientras decían "yo le di un tiro en la cabeza al becerro ese", imaginando con terror que alguno de esos "becerros" pudo haber sido uno de los míos. Y aún así pude salir adelante. Por eso, ese concepto de pobreza económica en los barrios para mi es nulo. La pobreza no es una excusa para hacer lo incorrecto, así que alcahuetear al delincuente y victimizarlo solo hace que el problema crezca.

Cuando el caraqueño es víctima de la violencia  ya  no tiene nombre y apellido, no tiene personalidad, no tiene historia, no tiene rostro. Pasa directamente a ser un número y a formar parte de gráficos de barra repletos de gente anónima... una suerte de fosa común estadística.

Hablando de referencias cercanas, en el año 2004 estando mi hija recién nacida, coincidí con varios amigos en el comedor de la UCV, entre ellos un pana estudiante de Ingeniería con el que tenia tiempo sin conversar. Una vez que entramos a la estación de metro de Ciudad Universitaria, se despidió de mi diciendo: "Que dios siempre cuide a tu niña de hermoso nombre". Quien iba a imaginar que una semana después, mientras veía los avances informativos de un canal nacional, vería una foto carnet suya mientras las voz del ancla decía: "Asesinado estudiante de la UCV de dos disparos..." En este caso el culpable se entregó, ya que se trataba de un efectivo de la Guardia Nacional quien en estado de ebriedad comenzó a disparar a todo lo que tenia enfrente, en un ataque de ira repentina.

Por otro lado, un lunes que no olvidaré jamás: Hace unos 5 años, mientras llegaba a dar clases en un centro educativo de esta ciudad, fui recibida con una desagradable noticia: Una de mis alumnas fue asesinada a tiros junto a su pareja dentro de su casa en el barrio Isaías Medina Angarita de Catia. Aún hoy, 5 años después, nada se sabe de los culpables y su caso ha sido olvidado por las autoridades. Por supuesto, ni los padres, ni sus compañeros de clases ni sus profesores podremos borrar de la memoria las manifestaciones de dolor por tan injusta muerte... mucho menos entrar al salón de clases y ver su asiento vacío, sabiendo que nunca más iba a poder entrar con su dulce sonrisa diciendo: "Buenos días profe".

Se me ocurren muchas cosas para resolver el tema de inseguridad, pero todas ellas (Y lo digo sin rubor alguno) me llevarían a la cárcel en caso de ser ejecutadas. Lo que no podemos seguir permitiendo es hacernos los pendejos, porque callando sólo empeoramos el problema. Peor aun: Seguir viendo como algo normal que no puedas sacar el celular en la calle, que tengas que estar en tu casa a las 5 de la tarde y encerrarte, que debas guardar tu anillo de matrimonio, que no puedas vestirte como quieras, que ni siquiera se te ocurra caminar por las calles a cualquier hora, porque como leí en este interesante artículo de Panfleto Negro: "OneChot la culpa es tuya", siempre habrá quienes tratan de restarle importancia a la desgracia ajena, acusar a la víctima de "idiota" y decir: "Quien te manda? Qué estarías haciendo? Eso te pasa a ti por provocar al malandro" "Son más de tres tiros? es un ajuste de cuentas, por lo tanto algo estaba haciendo en la calle y no es mi problema". , porque pareciera que la culpa siempre es de la víctima, que la estupidez siempre es de quien se gana el pan honestamente y sale a trabajar, no de quien comete los crímenes sabiendo perfectamente lo que está haciendo...

Luz para quienes han tenido que partir de este mundo a manos de desalmados, consuelo a esos familiares que nunca se acostumbrarán a vivir con el dolor y la rabia propias de perder de forma injusta a un ser querido, esperanza para quienes en alguna desgraciada ocasión hemos tenido un arma en frente mientras nos quitan lo que con mucho esfuerzo salimos a ganarnos a la calle... Para ti OneChot, y para miles que como tu están batallando: Mucha Fuerza! Jah está contigo hermano!


A continuación, el video que causó urticaria entre los defensores de lo indefendible... ojalá que así como actuaron rápidamente para censurar este video, también tengan la celeridad de hacer justicia, no solo en el caso de OneChot, sino el de miles de víctimas anónimas, cuyos crímenes aun están impunes y seguramente engavetados... Yo no sé ustedes, pero yo prefiero vivir en un país anónimo pero seguro a vivir en un país donde es más importante tener una "buena imagen", tapando los problemas en lugar de resolverlos.

Comentarios

  1. Desde los años 80 cada década que pasa y ahora en 2016 está más vigente que nunca tu crítica... el bombero.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario