El que te hace llorar... ¿Es quien te ama?

Este artículo fue escrito en abril del 2010 luego de presenciar un hecho de violencia de género en plena vía pública. Hoy, en la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, Les invito a leer, reflexionar y actuar, para que nuestra ciudad no siga viendo y viviendo la violencia desde los hogares, trayendo como consecuencia la violencia exteriorizada a la que lamentablemente nos estamos acostumbrando día a día...



Eran las 7:24 PM cuando descendí del vagón del Metro que me llevó hasta Petare, luego de una dura jornada de trabajo. Huyendo en vano de la multitud que parecía no desaparecer, esquivando buhoneros y teniendo como banda sonora un mosaico musical integrado por salsa, reggaeton y vallenato, logré apostarme en la interminable fila que me llevaría a mi hogar, en Guarenas.

Ya de por sí, la situación era estresante, y más para una persona que fue atracada en el mismo sitio dos semanas atrás.Esperando que las camionetas que llegaban pudieran digerir rápidamente a cuanto pasajero ávido por regresar a sus casas se amontonara a sus puertas, noté que mucha gente corría a mi alrededor, pero no al mismo tiempo y sin ningún motivo “preocupante”… Mientras esto ocurría, mi morral era asido cada vez con mayor fuerza... Efectos de la paranoia post atraco…

Mi miedo a ser atracada nuevamente se desvanece por completo, cuando escucho a mis espaldas el grito de un individuo que decía: “No me interesa!!! Camina!!!”. Mi impacto se hace mayor, cuando veo pasar justamente frente a mí y rompiendo violentamente la fila india en la que estaba, a este elemento tomar del cabello a una diminuta mujer, como quien toma por el cuello a un perro para alzarlo, cuyo chillido no se escuchó…

Ataviada con uniforme de maestra de preescolar, cabello rubio y de aproximadamente unos 25 años, la joven sucumbía con miedo al tono amenazante del hombre que la llevaba arrastrada. Mientras desaparecían entre otras personas, dos mujeres que estaban detrás de mi en la fila, comenzaron a gritarle: “Cobarde!”, “Como no te agarran y te dan tus coñazos bien dados?!?!?!”…

Mientras escuchaba a las damas defendiendo apasionadamente a esta compañera de género, yo sólo seguí mirando, en silencio impotente… recordando… No me concentré en el grotesco espectáculo inicial. Mi mente viajó a lo que seguramente pasaría después, que sin duda es mucho más aterrador.

El o la que ha sido víctima de la violencia de género y está leyendo esto, sabe perfectamente de qué estoy hablando. Sabe que estas situaciones, lejos de desaparecer con un “perdóname, no lo vuelvo a hacer”, se reactivan en momentos de crisis personales, existenciales o de otra índole que estén afectando la psiquis del maltratador. El asunto no mejora si no hay una intervención temprana o si se siguen permitiendo estas situaciones por miedo. He visto violencia de géneros en algunos de mis alumnos, algunos de mis amigos, algunos familiares… en el espejo… No 1 ni 2 ni 3 veces… incontables. Es por ello que hoy escribo y doy mis humildes recomendaciones, a riesgo de parecer iconoclasta e inmoral:

Si se ama, no se maltrata… por lo tanto:

- Recuerden: Tanto hombres como mujeres pueden sufrir el maltrato en carne viva. No deja de ser grave cuando es una mujer la que maltrata física y verbalmente a un hombre. Ampararse en un supuesto de debilidad y esconderse detrás de un machismo inservible ha hecho de esta una sociedad enferma.

- Principales señales de alarma: cuando en el trato mutuo comienzan a surgir palabras como: Estúpido, idiota, imbécil, ridículo, maldito, tarado, entre otras más censurables. He visto frases de amor escritas en el Facebook y otras redes sociales, tales como: “te amo malditooooo!!!”… Empezamos mal…

- En el caso que llegue a darse y sea disfrutado mutuamente: Palabras sucias, algo de violencia y juegos de roles SOLO EN LA CAMA, con el consentimiento de ambas partes y para avivar un poco la vida sexual. Fuera de estas artes amatorias, cualquier intento de violencia es trampa…

- Críticas duras y constantes a tu aspecto: Agranda tus senos, reduce tu nariz y tu pancita, pinta tu cabello SOLO SI TÚ QUIERES HACERLO. Por otro lado, las minifaldas, el maquillaje y los escotes existen por alguna razón. A menos que te incomode (como en mi caso) usar una cosa o la otra, no permitas que tu pareja se convierta en tu espejo, porque para algo también existen los espejos. Ojo, con esto no quiero decir que te entregues al abandono, solo que te sientas cómoda y atractiva con lo que sea QUE DECIDAS usar.

- En el caso de los hombres: Si maltrata a su propia madre, no esperes jamás un mejor trato para ti. Aunque no sean la misma persona, es evidente que si no respeta su fuente de origen, tampoco respetará a una extraña con la que se acuesta con cierta frecuencia.

- Si por el contrario, este hombre vive bajo las faldas de su madre, diciendo “Sí” a lo que ella diga, tampoco esperes la mejor de las atenciones. No tardará mucho en compararte, en soltar frases como: “mi mamá lo hace mejor…”. Seguramente, dentro de su Edipo no resuelto, desea una pareja que sea una “madre” con quien fornicar y además a quien darle su “toque técnico” de vez en cuando.

- El amor del otro no puede ser el todo para ti, sino un complemento de tu amor propio. Evidentemente, si te amas poco, tratarás que esa “persona especial” abarque el gran vacío que tienes… Y le darás poder para que haga contigo, tu vida y tu autoestima lo que le de la gana.

- Si decides hacer vida con alguien, respeta su espacio, pero exige que también respete el tuyo. Creo en las relaciones democráticas, donde si el hombre sale a beber con sus amig@s, la mujer también puede salir a beber con sus amig@s. Si hay algún reaccionario que dice “No estoy de acuerdo”, le recomiendo que piense en qué hace cuando bebe con sus amig@s… Luego de esta reflexión, la respuesta es simple: Tiene miedo a que su pareja haga exactamente lo mismo que usted…

- Una vez que el maltrato se ha consumado, denúncialo y busca ayuda profesional. No des paso a un segundo round. Recuerda el caso de la mujer del Inca Valero: Otra oportunidad podría ser la última.

- Frase típica: “Un (a) Hombre (Mujer) como ese (esa) no la voy a conseguir en otro lado”. Sin duda, poco alentadora esta visión. Mi pregunta es: ¿Realmente quieres seguir siendo maltratad@? Buenas noticias: Si la respuesta (inteligente) es “no”, encontrarás lo contrario… Y serás feliz…

- Nunca tengas la esperanza que el otro cambie. El cambio debes hacerlo tú. Toda crisis genera cambios, y si la crisis amerita incluso un cambio de pareja, bienvenido sea.

- Recuerda que el maltrato no siempre deja huellas en la piel o fractura huesos. Hay maltratos más complejos y silenciosos, que pueden poner en riesgo la estabilidad emocional de cualquiera: Malas miradas, gestos de rechazo y desaprobación forman parte de esta amplia gama... La diferencia está en la frecuencia con la que el maltratador trata de dejar en ridículo a su pareja...

- Por último: renuncia de una vez por todas a sufrir, por el qué dirán, por la sociedad, porque crees que no encontrarás a alguien igual, por los hijos. Si decides llevar a cuestas una pesada cruz como esa, no esperes salvación alguna… si defiendes y encubres a quien te maltrata, te conviertes automáticamente en su gimnasio humano, donde puede drenar su stress cada vez que quiere…

A pesar de todo lo anterior, no me siento mejor después de escribir esto… Aún sigo pensando en el oscuro fin de semana que le espera a una mujer que fue maltratada ante mis ojos y por la cual no pude hacer nada. Espero no seguir viendo casos como este en personas cercanas a mi… recuerden que no solo sufre el maltratado, sino también quienes lo aman de verdad, están a su alrededor y a veces deciden guardar silencio.. Un silencio que podría ser fatal...

... Espero nunca más guardar silencios impotentes…